Cuñadas gallegas. ¿El resto son diferentes?

Fotografía: L.Vázquez-Prego

Cesta de delicatessen, un regalo que siempre funciona

Hoy va de “familias políticas”. Es un tema que da para mucho y sobre todo para sacar toda la mala leche escondida en el bolsillo de la “buena educación”, aunque a veces, en algunos pantalones, los bolsillos escasean y el de la buena educación se han olvidado de incluirlo. ¡ Oh, que pena!

Para eso los angloparlantes tienen unos eufemismos que me encantnan “madre por ley”, (suegra) para el padre, ídem de ídem y para la famosa cuñadita o cuñadito, “hermana/o por ley”. Suena a condena, pero en fin, así son los anglos.

No todas las “familias postizas” son una afrenta, pero desgraciadamente la mayoría si, se confiese o no. Los padres suelen pensar que tanto su hija como su hijo o viceversa son merecedores de alguien mejor, en materia personal, laboral, educacional, etc. Aquí aparece el explosivo con temporizador, que desafortunadamente nunca se sabe cuándo va a saltar. Eso debe ser a lo que denominamos “la emoción de la vida”.

¿Familias políticas normales? Pues a lo mejor hasta hay alguna, pero incluso en esas hay cositas que chirrían, porque no todos tenemos los mismos gustos, las mismas opiniones, el mismo criterio. Bienvenidos al mundo de la diversidad familiar.

¿Que en tú familia todos os lleváis estupendamente y sois una piña? Mi más cordial enhorabuena, aunque con reservas; en mi opinión, solo es cuestión de tiempo, que la espoleta se ponga en funcionamiento, pero mientras tanto, disfruta de la paz que precede al conflicto, a no ser que vivan a 1.000 kilómetros o más por el medio, que entonces la no convivencia será perfecta.

Para los que definitivamente son conscientes de estar en medio de un conflicto bélico en horas de alto el fuego, que nunca se sabe cuándo va a transformarse en ruptura de tregua, sugiero una caja de paracetamoles que ayuda a sobrellevar la situación.

Para familias políticas «normales» o sea las que supuestamente tienen buena relación, hay cositas que tienen mucha tela.

Y ahí es a donde voy, a esas maravillosas cuñaditas que son tan estupendas que………..: Tengo una amiga encantadora, cuya finalidad en la vida es llevarse bien con todo el mundo en general, pero especialmente con la parte “política de la familia”. Craso error, pero el carácter es difícil de cambiar, ella lo intenta y lo intenta. Mi amiga tiene una cuñada, a la que también conozco y que también parece un ser encantador, hasta donde yo he llegado a conocerla.

A esta “hermana por ley” o cuñada, le encanta comprar por internet. Lo que se llama adicta a las compras on line, en lo que se define como una maestra en el género. Aquello de “ busque, mire, compare……….”, eso lo escribieron especialmente para ella. Pues sí, hace eso y mucho más; es como salir de caza, pero con tarjeta de crédito. Hace un grupo de compra con sus amigas, por aquello de compartir portes y dispone un magnífico pedido que la dejará llena de satisfacción. Hasta ahí nada que objetar, cada uno vive su vida como mejor le viene en gana.

Recientemente hizo uno de esos maravillosos pedidos habituales, un bolso estupendo de una marca de esas que son la envidia de tus amistades y estaba encantada de la vida; bueno, encantada de la vida hasta que tuvo en sus manos el famoso y maravilloso bolso y se puso a pensar que: es demasiado grande, que no le enamora, o que más bien la desenamora y no sé cuántos inconvenientes más. Uffff, bajadón.

La chica, o no tan chica, no se cortó un pelo en comentar todos los inconvenientes que le encontraba al internáutico bolso.

Entonces se dispuso a buscar soluciones, y encontró una fantástica que resolvía su desilusión: resolvió que ese bolso que la había desenamorado, se lo regalaba a su cuñada (mi amiga). Por si fuera poco recibir un obsequio sabiendo que es por desamor, tiene la desfachatez de añadir: bueno, este es tu regalo de Navidad adelantado. Ah, jajajajajajaja. Creo que es una de las mejores historias que he oído sobre la desfachatez de los “in-law”, parientes postizos que te adjudican por haberte casado.

Me hubiese gustado estar presente en aquel instante y ver la cara de las dos. La de la cuñada porque la tiene de cemento armado; la de mi amiga porque solo cabe poner cara de póker y como es muy expresiva nunca se la he visto puesta. Encima intentando que la situación no fuese la espoleta que desate la guerra; ante todo buenas maneras y buena educación, lo cual, insisto, es un tremendo error ya que hay veces que un soplido fuerte es lo adecuado.

Hace unos días mi querida amiga me enseñó el bolso, que, según me comentaba, nunca jamás hubiese comprado en blanco y como «bonus» lo puede disfrutar desde Junio, asi que tiene su regalo de Navidad adelantado 7 meses. ¿Cuál es el problema, si debería estar encantada por este generoso adelanto? Debería pero me temo que no lo está.

Ya se sabe que no siempre todo lo que te regalan te gusta, pero como la intención es buena, se agradecen los regalos igual que si fuesen de tu total agrado; en esta ocasión encuentro un tanto difícil agradecer algo que llega a ti por un camino tan tortuoso.

Creo que los gallegos para este tipo de cosas nos cortamos bastante. Para eso tenemos amigas con quien compartir las maldiciones que no depositamos en el lugar correcto. Los anglosajones ya sabemos que para ellos todo es “nice” y aunque no les guste un pepino el regalo no lo van a decir. A lo mejor, por estar en esta esquina verde de España, la corriente de agua que intercambiamos a través del Océano Atlántico con Inglaterra nos haya hecho quedarnos con ese “nice” que libremente traducido podría ser: “oh, que bien” y por dentro tragar quina, que eso si lo hacemos muy bien los gallegos.

Paradójicamente, esta es una de esas denominadas “cuñadas majas”, del resto, mejor ya ni hablamos.

Fotografía: L.Vázquez-Prego

Tiempo de Navidad y de Regalos

Texto y Fotos: Luisa Vázquez

 

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6 comentarios en “Cuñadas gallegas. ¿El resto son diferentes?

  1. Vivi

    Por un instante pensé que te habías inspirado en mí, pero no! Esta cuñada es una nada al lado de las mías, que a falta de 1 tengo 2, aunque bien pueden ser 3 o 4…
    Con ccuñadas como las mías ya sabes , nadie necesita enemigos.

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