Inaugurado el 5 de Noviembre 2015, el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela, merece una visita.
Situado en la magnífica Plaza de las Platerías, corazón de la parte histórica, frente a la Catedral y en el edificio anteriormente ocupado por el Banco de España, actualmente reformado, exhibe una interesante colección de objetos de peregrinaje, aunque no sólo de la peregrinación a Compostela sino la peregrinación como fenómeno universal.
En la foto, se puede leer la palabra Ultreia (del latín ultra -más allá- y eia -interjección para mover-) es un saludo entre peregrinos del Camino de Santiago.
Sirve para animarse unos a otros en sus jornadas. Viene a significar «Vamos más allá», «Date prisa, sigue adelante» . En el presente no es un saludo muy habitual, siendo más común el de «¡buen Camino!«.
El primer Museo de las Peregrinaciones y de Santiago, nace en 1951 y su objetivo inicial era mostrar la historia de la ciudad y el fenómeno de las peregrinaciones. El programa del actual Museo en la nueva sede, parte del fenómeno universal de las peregrinaciones y muestra la relevancia de la peregrinación jacobea y su incidencia en la evolución de la ciudad compostelana.
La presentación de los contenidos, resultar amena e interesante para un público diverso, se estructura en cuatro niveles de lectura para la comprensión de una historia milenaria, que se desarrolla al margen de las barreras políticas, de las culturas y del tiempo. También tiene exposiciones temporales de temas siempre relacionados con el Camino o las Peregrinaciones.

La célebre concha de vieira del camino de Santiago en el momento que pasa un peregrino cerca de ella.
A través de toda la exhibición podemos encontrar objetos de peregrinaciones alrededor de todo el mundo, tanto de Japón, India, Irán, Jerusalén y más……………… con objetos correspondientes a distintas creencias.
En lo que se refiere a la peregrinación jacobea es curioso ver las diferentes indumentarias con las que se viajó en las distintas épocas desde que el Camino existe.
Aproximadamente desde el año 813, con el hallazgo de las reliquias del Apóstol Santiago y bajo la protección del rey Alfonso II de Asturias, la noticia se extiende con rapidez por toda la Europa cristiana y los peregrinos empiezan a llegar al lugar, el denominado Campus Stellae (que degenerará en el término Compostela), y que se convirtió progresivamente en un centro de peregrinación con la fundación de un convento y diversos hospedajes en la propia ciudad. El año 850, Gotescalco, obispo francés de Le Puy-en-Velay peregrinó hasta el sepulcro y está considerado como el primer peregrino extranjero documentado.
El siguiente paso para la construcción de la Catedral, debido a la afluencia de peregrinos y a otras razones, será en el año 1075 que es cuando efectivamente se comienza y despues de varios períodos en los que los trabajos estuvieron parados, se terminó en el año 1122 y su consagración fue en 1128. Antes, igual que ahora, las razones de la demora fueron presupuestarias.
Una parte muy interesante de la exposición son las maquetas con las diferentes etapas de la construcción de la Catedral. Ver como evolucionaron las ideas a través de los diferentes años y como se fueron añadiendo arcos, altura, luz o cambiando los estilos arquitectónicos, es algo que merece la pena observar porque desde esa perspectiva se comprende mucho mejor la magnitud de la obra y su desarrollo.
Mirando los edificios en miniatura se comprende mejor incluso que desde la catedral misma, donde no se obtiene ese punto de vista.
Esta concha de vieira natural que se incluye en la exposición, data de antes del año 1120 y procede del Museo de la Catedral de Santiago.
Es el símbolo más emblemático de la peregrinación jacobea. Se vendía en la entrada norte de la Catedral bajo estricto control eclesiástico. Colgada o cosida a la vestimenta, funcionaba como acreditación de peregrino. Se dice que tiene valor curativo y su similitud con la mano simboliza las buenas obras, según recoge el Códice Calixtino.
Las conchas eran importantes para los peregrinos ya que con ellas podían comer, beber, escarbar en el suelo y otros muchos menesteres, razón por la que la que se exhibe se encuentra desgastada.
En esta otra vitrina, se han reproducido los instrumentos que aparecen en las figuras del Pórtico de la Gloria de la catedral, que eran instrumentos habituales de la época.
Si nos acercamos a contemplar esa maravilla, encontraremos que el tímpano central se corona con una arquivolta en la que aparecen sentados los 24 ancianos del Apocalipsis, portando cada uno un instrumento musical, como preparando un concierto. Los instrumentos, una zanfoña, 14 cítaras, 4 salterios y dos arpas, fueron reconstruidos hace pocos años y se realizaron conciertos con ellos. Dos de las figuras no tocan ningún instrumento, sino que sostienen una redoma.
Debido a que Santiago de Compostela es mundialmente conocido por los trabajos de plata y tambien de azabache, no pueden faltar en el museo importantes piezas con esos materiales.
El azabache es una piedra negra, semipreciosa. Este material es un compuesto muy especial y raro de carbono, formado en zonas deltaicas por troncos de árboles que allí se van carbonizando. Es un mineral compacto, suave al tacto, ligero, no muy duro pero que admite un buen pulido que lo hace brillar con un tono negro mate profundo y aterciopelado muy especial. Se le atribuyen poderes mágicos desde la prehistoria.
El collar que se presenta arriba, es un collar con crucifijo del Siglo XVII, en azabache, plata y hueso, elaborado en un taller compostelano.
Este otro collar es una importante pieza elaborada en azabache tallado y pulido que pertenecía a una abadesa. También corresponde a un taller compostelano entre los siglos XVII-XVIII.
Para finalizar este pequeño recorrido, nos detenemos en un diario de un peregrino japonés. Lo denomina el Camino de Santiago en España. Fué escrito y dibujado entre los años 1983 y 1986 en papel japonés, acuarela y tinta negra. Es realmente fantástico, con todo lujo de detalles sobre su recorrido por los kilómetros que separan Roncesvalles de Santiago. Es gracioso ver la mezcla de japonés y español en su manuscrito.
En resumen, el Museo de las Peregrinaciones ofrece una perspectiva de las peregrinaciones y de la evolución de la ciudad de una forma muy agradable de ver. No es excesivamente grande, por lo que no se hace tedioso, y es lo suficientemente dinámico con fotografías, videos, exposiciones temporales y objetos curiosos que lo hace ameno e interesante. Además tiene un plus, desde el último piso, unas grandes claraboyas en forma de prisma dejan ver las torres de la catedral. Una forma espléndida de finalizar la visita.
Texto y Fotos: Luisa Vázquez
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Muy interesante, Luisa. No estaba al tanto de esta rehabilitación. Comparto. Un saludo
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Hola Icástico.
Muchas gracias por compartir y tu comentario.
Personalmente la presentación y el tema me parecieron atractivos.
Tendré que volver otro día para dedicarle un poco más de tiempo, esta vez iba muy justa.
Un saludo.
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Recientemente he visto la rehabilitación del edificio del museo realizada por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto, en la Fundación Barrie y con este, como siempre, maravilloso artículo, me anima más a visitarlo. Saludos
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Es cierto, la rehabilitación es de Manuel Gallego Jorreto.
El Museo tiene muchas cosas atractivas e interesantes y el emplazamiento no puede ser mejor.
Gracias por la aportación.
Un saludo.
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