Las Torres do Allo, uno de los Pazos más antiguos de Galicia, hoy convertido en museo etnográfico, merece la pena su visita.

Torres do Allo o Pazo do Allo, exterior
Antes de nada me gustaría detenerme un momento en la denominación Pazo para quien no esté familiarizado con este vocablo gallego.
Es un tipo de casa solariega tradicional de carácter señorial, normalmente ubicada en el campo, antaño residencia de personas importantes de la comunidad (reyes o nobles). Fueron de importancia crucial en los siglos XVII a XIX, relacionados con la arquitectura rural y monástica y con el sistema de organización feudal.
Como categoría arquitectónica palaciega florece una vez concluidas las refriegas señoriales del siglo XV, pues hasta entonces los hidalgos habitaban en torres, construcciones más apropiadas para la actividad bélica. Así los pazos fueron convirtiéndose en la marca social y refugio de la clase hidalga, que magistralmente retrató Emilia Pardo Bazán, ya que vivió en uno de ellos, el Pazo de Meirás.
Suelen constar de un edificio principal rodeado de jardín, un palomar y a menudo incluyen edificaciones anexas como pequeñas capillas para celebraciones religiosas.
El vocablo pazo procede del latín palatiu, es decir, palacio.
El que hoy nos ocupa, sito en el Ayuntamiento de Zas y en la carretera de la Coruña a Corcubión, camino de Fisterra, está situado al final de una bonita avenida de carballos (robles) que jalonan el camino hasta la entrada del Pazo.

Camino que lleva a las Torres do Allo, jalonado de robles
Está rodeado de una alta muralla que impide ver la parte baja del edificio desde fuera.
Nada más entrar, podemos ver que el Pazo se compone de dos torres rectangulares de estilo gótico degenerado o manuelino, del Siglo XVI y es del mismo autor que el Hostal de los Reyes Católicos en Santiago de Compostela, Enrique de Egas.
Fue erigido sobre los restos de una fortaleza mandada destruir por los Reyes Católicos.
El cuerpo del edificio, entre las dos torres, es de época posterior. Perteneció a la familia Riobóo, aunque posteriormente se hicieron gestiones y pasó a manos públicas, restaurándose y dedicado a la recreación de la vida en los pazos.
El nombre de Allo podría estar relacionado con la palabra aio, persona al servicio de un gran noble, como era la familia Riobóo, propietaria de las Torres.
Fue mandado construir por el hidalgo Gómez de Riobóo Villardefrancos, originario de la parroquia de Riobó (Cabana de Bergantiños) localidad cercana.
En el recorrido por su interior se muestra la arquitectura y modo de vida gallegos. Además de pasar a través de las cocinas con sus hornos, lareiras y todos los utensilios usados en aquella época en las cocinas, se puede observar cómo se elaboraba el pan y su posterior almacenamiento, ya que este proceso no era diario; también pueden verse los diferentes tipos de ropa usados en la época.

Parte del espacio dedicado a la cocina con utensilios propios de la época
Adicionalmente su interior alberga el Centro de intrepretación de A Costa da Morte, que proporciona valiosa información sobre esta preciosa zona de Galicia.
Como no podía ser de otra manera, y como suele ocurrir en este tipo de construcción, cerca hay una capilla que tiene una fachada renacentista, del Siglo XVI y que debió pertenecer al Pazo. Esta capilla, San Pedro do Allo, está en medio de una zona de cultivo (leira en gallego) y posee un pequeño y recoleto cementerio.

Capilla de San Pedro do Allo del S.XVI en plena campiña
La visita a este histórico lugar no es larga, pero si muy interesante dado que nos aporta mucha información sobre la manera de vivir en el Siglo XVI y posteriores, además de contar con el mencionado centro de interpretación de A Costa da Morte. Por si lo anterior no fuese suficiente, el lugar donde está emplazado es en medio de una bonita campiña. El pequeño paseo hasta la coqueta capilla de San Pedro, hace de la visita una actividad especialmente agradable.

Detalle de una de las Torres del Pazo
Texto y Fotos: Luisa Vázquez
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Hola.
Post encantador que me gusta. La segunda foto es impresionante. Muchas gracias.
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Hola Matt,
Un placer leerte por aquí.
La avenida que conduce al Pazo jalonada de árboles es una preciosidad. Me alegro que te haya gustado la foto.
Un cordial saludo
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Palomar, capilla y ciprés plazo es. Muy interesante, saludos
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Gracias.
Saludos
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