El Café de los Muertos y el 1 de Noviembre

¿Sabes lo que es un «Death café»?

¿Tienes por tradición poner flores en donde están enterrados tus seres queridos fallecidos? ¿Hablas o hablarías sobre la muerte y todo lo que conlleva? ¿Hablas de esos temas en familia o es un tabú? ¿Lo hablarías con desconocidos? ¿Pensaste cómo te gustaría ser recordado o enterrado?

Si alguna vez te has planteado alguna de esas preguntas y muchas otras al hilo de la muerte, este tema puede ser interesante para ti.

El 31 de Octubre de 2014 se celebró en la Coruña el primer “Death café” organizado en España. En español se traduce como “café de los muertos”, que suena un poco impactante, aunque nada más lejos de la realidad.

El “Death café”, se celebraba ya en más de 20 países y en cientos de locales alrededor del mundo y despertó un alto interés cuando en el 2014 se celebró en una cafetería de la Coruña, donde ya se hacían más actividades como cafés filosóficos entre ellas.

La fecha no fue casual, el 31 de Octubre, víspera del día de todos los Santos. Es una fecha llena de simbolismos, por un lado el Samaín de origen celta, por otro el Halloween y también las festividades religiosas.

A pesar de que no haber contado con una difusión en prensa adecuada al novedoso tipo de evento, el local donde se realizó, auténticamente se petó; es más, la cafetería se quedó pequeña. Gente en la calle que no pudo entrar y otros venidos desde 90 kms.de distancia, se quedaron fuera por falta de sitio.

Fui una de las asistentes a aquella sesión mágica, y puedo hablar de la experiencia en primera persona. Sorprendentemente, para quienes piensen que allí sólo había vejestorios, tremendo error, fue todo lo contrario, la mayoría de las personas eran jóvenes o de mediana edad.

Cuando la propietaria de la cafetería, donde éramos habituales, nos adelantó que se iba a organizar, amigos míos se horrorizaron, no quisieron ni oír hablar del tema. Otros, sin embargo, nos apuntamos rápidamente.

Death cafe

Cartelería del Primer Death Cafe en España

 

Lo que se emitió en los medios audiovisuales:

 

La idea está basada en los estudios de un suizo, sociólogo y antropólogo, que posteriormente patentó y organizó un inglés, Jon Underwood, cuya madre es sicóloga.

Se trata de “sacar a la muerte del silencio”.

La idea no es vana, está bien pensada y puesta en práctica. Se reúnen las personas en grupos de 4 ó 5 y suele haber 3 ideas sugeridas, a modo de guión; aunque no es obligatorio seguirlas, sí ayudan a desarrollar determinadas reflexiones. Las sugerencias cambian en cada sesión.

¿Por qué se celebran en una cafetería? Pues es un ambiente en el que se comparte un café, un té y normalmente un pastel, bizcocho, algo dulce o salado. Y entre sorbo y sorbo se van desgranando los pensamientos que cada uno quiera compartir, sus inquietudes, o se resaltan diferencias de distintas procedencias, que seguramente, de no hablarlo, ni habrías caído en la cuenta.

Una de las cosas que me llamó la atención en aquella primera reunión, en la que ninguno sabíamos a lo que íbamos, pero estábamos muy intrigados sobre cómo se desarrollaría la velada, fue el comentario de un hombre de Castilla. Remarcó su extrañeza al hecho de que en Galicia los cementerios están al lado de las iglesias. Nunca me había parado a pensar en esa diferencia regional.

Las personas a las que no nos importa hablar de un acontecimiento del que un día Sí o Sí seremos los protagonistas, ganamos en ese intercambio. No son charlas que se aborden en familia a menudo, pero de pronto te encuentras comentándolo con extraños, sin el menor sonrojo ni incomodidad. Hay cientos de preguntas y temas para ser tratados. Además está la información que recibes de otras personas que han indagado más que tú en las diferentes vertientes de la idea y que están conectadas con diferentes maneras de vivir o de afrontar realidades, a menudo ya vividas.

En todas las sesiones hay un “facilitador”, en ésta ocasión una sicóloga que va rotando por las mesas, para ver cómo se desarrollan las conversaciones, por si en algún grupo alguien monopoliza la conversación o se han estancado.

Al final del coloquio, que dura entre hora y media o dos horas, hay una puesta en común sobre lo que ha ido surgiendo en cada grupo y se llega, o no, a alguna conclusión final, o simplemente se comparte lo vivido.

Dado que la idea está patentada, el lugar donde se organiza tiene que tener la aprobación como franquiciado, aunque es una actividad no lucrativa.

Al asistir a éstos cafés, te das cuenta de que la gente sale encantada, y eso es muy curioso. Nadie está triste ni es un tema tétrico, es un halo de vida. El objetivo es ayudar a la gente a mejorar sus finitas vidas. Se puede hablar, filosofar sobre pensamientos, sueños, miedos o cualquier otra área de muerte o modos de vivir la vida en este tipo de eventos. Incluso se puede guiar a quienes tienen a su cargo personas próximas a su final a llevar la situación de una manera serena, creando una atmósfera de tranquilidad y amor.

Hace muchos años que no tengo ningún reparo en hablar de esto con total naturalidad y libertad; sinceramente creo que es una iniciativa interesante para plantear con desconocidos, ya que seguramente ahí surgirán ideas sensiblemente diferentes y también reflexiones distintas a las que uno pueda tener.

Se procura intercalar a las personas que vienen en grupo en diferentes mesas, para que salgan de la zona de confort y que hablen fuera de tu entorno habitual.

Fuimos los pioneros de la experiencia en la Coruña, en Galicia. Me pareció un coloquio útil y más aleccionador de lo que cabría pensar. La gente fue respetuosa, agradable y participativa.

Estos encuentros siguieron realizándose una vez al mes durante bastantes meses. Desafortunadamente la cafetería donde se realizaban finalmente cerró y nos quedamos sin  “Death café”.

Desde este año, 2017, se celebran Death cafés en Madrid, Barcelona y algún sitio más, pero ser los primeros, en aquel momento que en España era algo totalmente nuevo y desconocido fue estimulante y  enriquecedor.

Hubo un corresponsal de un periódico que se quedó tan fascinado por el ambiente que se había creado en aquel primer encuentro; fue el último en irse y escribió una crónica preciosa, que lamentablemente no encontré en internet.

Como cada año, siguiendo la tradición, mucha gente irá a los cementerios a visitar a sus muertos; quizá compartir un “Death café”si tienes la oportunidad, sería asimismo muy reconfortante.

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Tumbas con flores para el Día de Difuntos

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Cementerio con flores a la entrada de una iglesia para el Día de Difuntos

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Iglesia románica del S.XII, adornada con flores para el Día de Difuntos

 

Taza de café

Compartir un café mientras se charla es la idea

 

Si puedes afrontar este pequeño reto, te recomendaría que en alguna ocasión asistieses a uno. Repasar en voz alta pensamientos que quizá nunca has exteriorizado sienta de lujo y compartirás ese tiempo con personas altamente sensibles que te aportarán nuevas perspectivas, modos de ver y actuar distintos a los que ya conoces. ¿Qué tal si vas y lo compartes con nosotros? Yo, lo acabo de hacer.

 

Texto y Fotos: Luisa Vázquez

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13 comentarios en “El Café de los Muertos y el 1 de Noviembre

    1. Si, Soy Gallega Autor

      Fue una noche extraordinaria a la que siguieron bastantes más, 1 vez al mes.
      Recuerdo esos cafés con cariño y llenos de recuerdos con personas entrañables que aportaban ideas e información interesante.
      Una idea estupenda que me acercó a mentes abiertas, gente a la que merece la pena conocer.
      Si en algún momento sabes de algún sitio donde se celebren, cosa que ya sabes tiene requisitos específicos, no dejes de ir, es especial.
      Me alegro que hayas disfrutado del artículo.
      👍😊😊

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    1. Si, Soy Gallega Autor

      Tranquilo, no sería la primera vez que yo tambien contesto en donde no debo, no me choca nada, me identifico.
      ¿ Tu sabes que está prohibido echar las cenizas al mar a los rios? Es para partirse de la risa, si no fuese un tema poco gracioso dada la cantidad de cenizas incendiarias que terminan en ambos sitios, rios y mar.
      En fin, que te voy a contar que tú no sepas. Ya ni hay donde descansar en paz que no esté prohibido. Es lo hay.

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  1. Sartenada

    Me gustó toda la entrada Louisa.

    ¿Tienes por tradición poner flores en donde están enterrados tus seres queridos fallecidos? Si, lo tenemos. Muchos años los cementerios tienen ya nieve y las velas en la noche brillan maravillosamente.

    ¡Que tengas un muy buen día! Matti

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    1. Si, Soy Gallega Autor

      Me alegra saber que no soy un bicho raro yendo a este tipo de tertulias. De hecho se celebran en casi 1.000 lugares en más de 20 paises, pero para quien no está acostumbrado, le echa para atrás el tema.
      Tenéis mucha suerte poder hablar abiertamente de esto, será por eso que siempre estás de un humor excelente. Es una de las consecuencias de afrontar el tema de cara.
      La experiencia fue magnífica y una noche muy especial.
      Me alegra saber que estamos en la misma onda «mortuoria». Jaja. El tema da para mucho.
      Besos mil, Melba

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