El Paseo marítimo de la Coruña es el paseo marítimo urbano más largo de Europa con sus más de 13 kilómetros continuos a la orilla del mar.
Hay mucho que ver y disfrutar en este paseo que discurre a través de diversas zonas urbanas, siempre a la vera del Atlántico, hasta llegar al final o al principio, según de donde se comience la andadura.
Sería demasiada información para un único post, así que me ha parecido mas entretenido ir a pasito ligero en esta primera entrada, para detenernos en una próxima en detalles.
Así que allá vamos, no sin antes deciros que los coruñeses aman su paseo marítimo y su mar.
Comienzo el recorrido desde la zona más emblemática de la ciudad, que es la parte de la Dársena, donde se encuentra el Real Club Náutico y una parte del amarre de embarcaciones deportivas.
Un poquito antes, en la parte posterior a Palexco, Palacio de Exposiciones y Congresos, muy cerca del Real Club Náutico, se encuentran estas dos estatuas que parecen dar la bienvenida o despedir a los cruceristas que llegan a nuestro puerto.

Hola, Adios !!! parecen decir las esculturas detrás de Palexco

Una excelente manera de recorrer el paseo marítimo de Coruña es en bicicleta

Dársena deportiva, compartida con barcos de pesca. Al fondo Palexco (verde) y Club Nautico, a su izquierda (rojizo).
Hace pocos días, el Real Club Náutico fue el objetivo de la prensa, por celebrarse allí una de las bodas más comentadas de la temporada, donde se dieron cita personajes tan diversos como ricos, famosos, ambas cosas a la vez, actrices, actores, modelos, aristócratas………………y más. Imagino que ya sabéis de qué boda se trata. Los invitados fueron obsequiados a su llegada a los hoteles con un regalo exclusivo y una nota que rezaba: Bienvenidos a la Coruña, ciudad en la que nadie es forastero.
La frase, que es de viejo cuño, nada de marketing actual, se refiere a la amabilidad y buena acogida que suelen dar los coruñeses a sus visitantes.

Reflejos en el agua de la Dársena
Si seguimos caminando por la orilla del mar nos encontraremos con el Castillo de San Antón. Antiguamente fue prisión y estaba situada en un islote únicamente accesible por mar. Con el andar de los tiempos, se trazó una carretera hasta él. La cárcel se convirtió en Museo Arqueológico y ha quedado integrado en el paseo.
Los amaneceres en ese punto son espectaculares.

Amanece en el Paseo Marítimo a la altura del Castillo de San Antón

Museo Arqueológico que conserva interesantísimas piezas. Merece una visita
Desde nuestro punto anterior, ya vemos la senda a seguir, ya que se yergue impresionante la Torre de Control Marítimo, que controla el flujo de barcos que entran y salen de nuestro puerto. Hay un paseo que va hasta el final del espigón que se ve detrás de la Torre de Control, con un faro situado allí para guía de navegantes.
Hay un islote en esa zona denominado «A Marola», muy temido antaño ya que era muy difícil la navegación por cómo se agitaba allí el Océano. Había que sobrepasarlo para salir del puerto coruñés, y no era tarea fácil sino todo lo contrario. Hay un dicho, que siempre contaba mi padre y era: «O que pasa a Marola, pasa a mar toda». Quería decir que, si eras capaz de pasar A Marola, no había mares que se te resistieran, ya que esa zona era más que chunga.
Un paseo muy agradable, es ir hasta el final del dique de abrigo, donde se encuentra la Torre de Control. Es una zona muy abrigada y si hace sol seguro que comienzas a quitarte ropa, pero si hace un día de invierno con un poco de sol, es una delicia hacer ese paseo.
En esta zona se encuentra la segunda zona de amarre de embarcaciones de recreo, como se puede apreciar en la foto.

Torre de Control Marítimo, situada en el dique de abrigo

La luz del nuevo día se abre en la zona del dique de abrigo. Entre el Castillo y la Torre de Control

Gaviotas contemplando el amanecer sobre las farolas

Barca auxilar sobre un agua en la que se refleja el final del día
Seguimos andando y toca subir una prolongada cuesta, que tiene como recompensa unas magníficas vistas de toda la costa situada frente a la ciudad de la Coruña.
El edificio a continuación es el Club del Mar San Amaro, que data de 1935. Es la escuela de buceo más antigua de Galicia. Organizan cursos de buceo, natación y otras muchas actividades. Está situado al lado de una playa urbanas (hay bastantes playas urbanas en esta ciudad) y su fachada exhibe unos murales muy chulos.

Club del Mar San Amaro
Si terminamos de subir el repechito que hay al pasar el Club San Amaro, avistaremos enseguida la insignia de la ciudad: La Torre de Hércules, Patrimonio de la Humanidad. Es el Faro romano más antiguo del mundo, todavía en funcionamiento. Se puede subir hasta la linterna por una escalera de caracol de 234 peldaños. ¡ Ánimo y para arriba!. Las vistas merecen la pena.

Puesta de sol sobre la Torre de Hércules, símbolo de la ciudad y Patrimonio de la Humanidad

Torre de Hércules, guiando sendas marítimas
Sobrepasando la Torre se encuentra una pequeña playa, también urbana, muy cómoda, abrigada y prácticamente sin oleaje, lo que la hace ideal para ir con niños.

Playa de Las Lapas. Una playa con vistas de excepción

Playa de las Lapas, un remanso de paz en plena ciudad
Siguiendo la ruta costera, sobrepasaremos el Acuario, visita obligada, además de ser una delicia para niños y mayores. Nos encontramos con este mirador y su enorme pérgola, desde donde se otean tres playas: la del Matadero, la del Orzán y la playa de Riazor. Parecen una sola playa, ya que están seguidas.
El mirador, de 3,000 metros cuadrados, es un lugar de relax y una zona ideal para sentarse a contemplar el mar y sus misterios.
Enfrente, se puede ver el Monte de San Pedro, mirador privilegiado de la península coruñesa.

Este mirador de 3.000 metros cuadrados es un lugar muy agradable

Mirador del Paseo Marítimo, antigua finca de los Mariño
Amanece sobre la Coruña y la Playa de Riazor. A continuación, a la izquierda están la Playa del Orzán y la del Matadero, aunque no salen en la foto. Hermosas playas urbanas para solaz de coruñeses y visitantes.

Amanece sobre la Playa de Riazor
Caminando otro poquito, encontramos una fuente muy chula, la fuente de los surfistas. En la playa y a esa altura, suele haber cursos para iniciarse en el deporte del surf. Es frecuente ver a niños y menos niños, con sus trajes de neopreno, intentando sus primeros pasos en esa actividad.

La fuente de los Surfistas. Paseo Marítimo, Coruña

Fuente de los Surfistas. Paseo Marítimo. Coruña
El recorrido entre la Torre de Hércules y el final de la Playa de Riazor, es una de las zonas favoritas de los coruñeses para pasear. Si caminas por esa zona verás que hay mucha más gente que en el resto. Únicamente se debe a que en ese área hay mayor concentración de edificios. Los habitantes de la ciudad aman su paseo marítimo.
En la zona de la playa de Riazor y en invierno, hay probabilidades de ver unas espectaculares olas; magnífico espectáculo gratis que nos ofrece la naturaleza.
Desde este punto, vemos un edificio con una cubierta de pizarra curva, se trata de la Domus, un museo que pertenece al conjunto de los denominados Museos Científicos Coruñeses.
Domus es el primer museo interactivo del mundo dedicado al ser humano. El singular edificio es obra del renombrado arquitecto japonés Arata Isozaki. Tiene más de 150 módulos interactivos para divertirse y aprender sobre las características de la especie humana.

Playa de Riazor en invierno, con vistas al Museo Domus

Puesta de sol sobre la playa de Riazor. Se dibuja a la derecha la silueta del Millenium
El obelisco Millenium se levantó para conmemorar el inicio del siglo XXI. Tiene 46 metros de altura y está hecho con 2 toneladas de acero y 147 cristales de roca. En los 13 primeros metros se cuenta la historia de los principales acontecimientos y personajes de la Coruña, tallados en los cristales.
Se encendió por primera vez, el 1 de Enero del 2001.

El obelisco Millenium al atardecer. Paseo Marítimo Coruña.
Un poco más adelante y al coronar una cuestecita, nos encontramos con un cefalópodo muy autóctono, el pulpo. ¿Cómo no iba a haber un pulpito en esta costa? Aunque no sea comestible, es muy chulo y parada obligatoria para contemplar el Faro Romano, que se ve estupendamente bien desde este punto y por otro lado y también obligatorio, hacerse una fotito con esta enorme escultura.

La popular escultura del pulpo
La pieza es obra del coruñés Javier M. Padín Martínez, realizada en hormigón armado y recubierta de piezas cerámicas de colores que cambian de tonalidad según los rayos del sol.
Inaugurada en el año 2004, mide 2 metros de alto por 2 metros de ancho. Es la escultura más fotografiada del paseo marítimo.

Escultura del pulpo en el paseo marítimo coruñés
El paseo continúa por la parte más baja de la falda del Monte de San Pedro, hasta encontrarnos en la Glorieta a las Víctimas del Terrorismo y su fantástico monolito de granito donde se apoya un arco decorado con piezas de esmalte multicolor por un lado y lleno de manos por el otro lado. Se denomina «el Arco Iris de la Paz» y su autora es la coruñesa Julia Ares. Es de esmalte sobre metal.

Homenaje a las Víctimas del Terrorismo
A partir de esta glorieta, se abre una explanada donde se aposentan diversas esculturas. Una de ellas es La Nereida, de la escultora Pilar Pérez Subías, obra en bronce y granito de 3 metros de alto y que representa a una diosa del mar.

La Nereida, diosa del mar
Esta mega escultura es un monumento al Mar Ártabro, es la última de este paseo, al menos hasta el momento. Obra del escultor coruñés Manuel Ferreiro Badía, que la dedica a la costa Ártabra, que es el nombre con el que se conocen los estuarios de A Coruña, Betanzos, Ares y Ferrol, en el norte de la provincia de la Coruña.

Monumento al Mar Ártabro
El área del final del paseo es un lugar de encuentro para quienes desean finalizar el día en comunión con la naturaleza. Las puestas de sol son espectaculares y se puede optar entre sentarse en los bancos que allí hay, en el campo, que también es una buena opción o acercarse hasta el chiringuito del Portiño, terracita cuca donde las haya, donde tomar algo mientras se disfruta de la retirada del sol hasta el día siguiente.
Estas son algunas de las vistas que allí se pueden disfrutar.

Puesta de sol en amorosa compañía, una de las mejores opciones

Magnífico astro para un magnífico espacio, atardece sobre «A Illa do Pé»
Me he reservado para el final, la escultura de Francisco Pazos Martínez, gallego de Covas (Meaño), provincia de Pontevedra, que representa una Ventana Abierta al Mar. Se compone de 12 grandes piedras de granito. Tiene una altura de 4,5 metros y 2,5 metros de ancho.
Por la mañana, la bella pieza escultórica, ve pasar, imperturbable, a los entusiastas del buceo, enfundados en sus neoprenos.

Ventana Abierta al Mar

Puesta de sol con chica, en la Ventana Abierta al Mar
El tipo de visitante va cambiando a medida que las horas pasan. Al atardecer esta Ventana a menudo contempla inenarrables puestas de sol. Seguramente, si las piedras hablasen, nos contarían que mientras el sol se pone, se desarrollan historias personales de lo más diverso.
Para finalizar os confesaré que mi intención no era que esa chica saliese en la foto, pero el sol iba cayendo y parece que ella había decidido estar allí hasta que el sol se hubiese ido del todo. Así que ahora la chica de la capucha, sea quien sea, ha quedado inmortalizada en una de las puestas de sol más impactantes que he contemplado al final del Paseo Marítimo coruñés.
Son 13 kilómetros, estamos un poco cansados de caminar, pero he de advertiros que a lo largo de este camino, me he dejado muchas cosas chulas e interesantes en las que no me he detenido, así que otro día volveré con una segunda parte del Paseo Marítimo Urbano más Largo de Europa. ¡ Nos vemos en el camino!
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Texto y Fotos: Luisa Vázquez
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Pingback: Privilegiado Mirador de Coruña: Parque Monte de San Pedro | Si, Soy Gallego
Con un poco de suerte (que no llueva mucho), mañana por la mañana voy a hacerlo andando y con la cámara …
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Me parece muy buena idea. Con un poco de suerte no lloverá y te va a encantar.
Hay cafeterías en puntos estratégicos para reponerse y contemplar las vistas.
Me encantaría que comentases tus impresiones.
Buen paseo!!!
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Hola.
Muy interesante leer este post. Hubo tanto que ver que no puedo entender lo maravilloso que fue allí. Muchas de sus magníficas fotos me dejaron de admirar durante mucho tiempo.
Abrazos.
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Es cierto, hay mucha belleza en esta mi Coruña y su paseo marítimo. Por eso cada día cientos de coruñeses caminan
hacen running o pasean en bicicleta a la orilla del mar.
Me alegra mucho que te haya gustado.
Gracias por tus sentidas palabras sobre mis fotos. You know, I do my best. 😊😊
Muy buena semana Mati.
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Vaya puestas de sol espectaculares ¡¡¡ Que envidia me dar poder pasear junto al mar, que lujo, si encima el paseo se remata con un vinito gallego y alguna de las delicatessen que tenéis por allí para que pedir más, día redondo:) Un abrazo y pasa buen domingo.
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Es cierto, vivir al lado del mar es un plus. Lo comprobé despues de haber vivido en Madrid y en Ourense, antes de eso me parecía «lo natural». Ya ves, no hay nada como que algo falte para que te des cuenta de lo que tenías. Lo he recuperado. 🙂
A lo largo del Paseo Marítimo hay terrazas estupendas donde pararse a tomar vinitos, tentempiés, o incluso comer mirando a este Atlántico nuestro que tiene dos caras, la dulce y la tempestuosa. Cualquiera de ellas es más que atractiva.
Otro abrazo para ti y aprovechando el domingo, que se está terminando este largo puente.
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Qué belleza de post, amiga. Siempre nos pones esas fotos tan impresionantes, me encantan. Paseando por tu Coruña, qué maravilla.
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Por nuestra Coruña hay mucha belleza, aunque es importante los ojos que la miran. Tienes sensibilidad de sobra para apreciarla. Me alegra que te hayan gustado las fotos, imprescindibles para este post, por cierto.
Biquiños bella Borinquen.
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Biquiños para ti también.
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Bonito post y preciosas fotos como siempre. Me encantan las puestas de sol del Portiño. Saludos
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Hola !!!
Muchas Gracias por tu comentario. A mi también me encantan las puestas de sol en el Portiño, lugar excepcional para verlas.
Algunas cosas excepcionales son gratis, pero hay que saber apreciarlas.
Un saludo.
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