Parga, provincia de Lugo y en el camino de Santiago, tiene una situación privilegiada. Está prácticamente en el centro geográfico de Galicia y equidistante de las principales ciudades gallegas, con buenas comunicaciones tanto por carretera como por tren. Es un lugar tremendamente atractivo, aunque poco conocido para una gran mayoría de gallegos y foráneos.
Para quienes gusten de vivir en el campo y acceder bastante pronto a la ciudad, es ideal, ya que Lugo, Santiago de Compostela o la Coruña están a tiro de piedra, sin necesidad de perder la cada vez más ansiada tranquilidad.

Parga, cuidada como si de una gran ciudad se tratase

Allí se celebra la Feria de la Cantería, muestra de la cual éste es un ejemplo

Estación de tren de Parga, super cuca
Según el censo del año 2018, con una población de 409 habitantes, de los cuales 203 son hombre y 206 mujeres, su población se disemina en casas unifamiliares de una o dos plantas. Es una parroquia que pertenece al Ayuntamiento de Guitiriz, del que dista 7 kilómetros.
¿Por qué le dedico este post hoy a Parga? Creo, que cuando terminéis de leer y ver comprenderéis por qué me he vuelto a enamorar de esta pequeña población.
Digo volver a enamorar porque ya lo había estado. Pertenece a mis recuerdos de infancia. Pasé algunos veranos en una aldeíta cercana (donde se alquilaban casas durante el verano) entre Guitiriz y Parga. Mis progenitores iban de cuando en cuando a la feria de Parga a comprar productos de lo que hoy se llamarían ecológicos y que antes simplemente eran de compra directa productor-consumidor, naturales como el mismo campo por donde corrían a su libre albedrío gallinas que únicamente se recogían por la noche para mantenerlas a buen recaudo. Nada de piensos, comían aquí y allá lo que les parecía más apetitoso de lo que la naturaleza les ofrecía, aparte de las sobras de comida que les daban sus dueños.
Para una niña de ciudad aquello resultaba a la par extraño e hipnotizante, así que en cuanto había la oportunidad de ir a la Feria a Parga, era la primera en apuntarme.
Lo que más acentuado tengo en mi memoria era la cantidad de docenas de huevos que mis padres compraban (aunque quizá hoy no me pareciesen tantos para 6 personas), teniendo en cuenta que mi madre durante el verano se dedicaba a la repostería haciendo unos buenísimos bizcochos y flanes para postres y desayunos.
Con ese recuerdo en mi mente y después de muchos años pensando en volver a echarle una ojeada a la Parga de mi memoria infaltil, he vuelto varias veces y me ha sorprendido, mucho y para muy bien. Está primorosamente cuidado, con una “Carballeira” (robledal en castellano) espléndida donde se dispone de bancos y mesas de piedra de granito, así como de barbacoas para pasar el día al aire libre bajo la sombra de los vetustos robles que, para los gallegos, aunque se hable en castellano, siempre son “carballos”.

Área de esparcimiento que muchos ayuntamientos querrían para si

Carballeira con mesas y bancos de granito, un lujazo

Carballeira de Parga, al ponerse el sol

Caballos para pasear los días de Feria

Las ferias propician el contacto con la naturaleza y los animales
En un lugar tan pequeño sus casas son potentes, piedra de cantería y buen gusto en la construcción es lo que más llama la atención.
En Galicia, construir una casa en piedra significa tener buen poder adquisitivo, ya que es mucho más caro que construirla en otro tipo de material. Y Parga es así, pequeñito pero con poderío, además de bien cuidado y limpio.

Bonita casa en piedra y madera, además de tejado de pizarra, un casoplón

Parga es sinónimo de tranquilidad, también de lugar muy bien cuidado

Típicas casas de granito y galerías, esencia gallega

Jardineras de granito con tagetes, la primavera ya está aquí

Parga, una fusión de campo y casas estupendas
Las fotos que acabamos de ver se corresponden con ese nivel alto de construcción, además de que el pequeño pueblo está limpio, limpísimo, casi se puede decir que impoluto. Cuidado con mucho mimo.
Por otro lado, Parga se sitúa en la ruta de fuentes termales, acompañando a Guitiriz y Pardiñas. Ya los romanos sabían acerca de las propiedades terapéuticas de sus fuentes, aunque la localidad comenzó a cobrar notoriedad con la llegada de los suevos.
Es atractiva, a la par que un remanso de paz, la fuente termal de Valdovín, con su apacible área recreativa, además de totalmente gratis. Sus aguas sulfúrico sódico fluoradas son buenas para diversas dolencias de hígado, riñón y piel.

Fuente de Valdovín, agua surfúrico sódico fluorada y área recreativa, todo gratis
Esta pequeña población tiene paz y belleza. De su pulcro cuidado se ocupa el Consorcio de Montes, organismo independiente que funciona de una manera muy eficiente. Su “Carballeira”, como ya dije antes, dispone de bancos y mesas de piedra para quien desee pasar el día allí, además de parrillas fijas para poder cocinar en ellas y al aire libre.
Del buen hacer y la solvencia del Consorcio de Montes, dan buena cuenta estas instalaciones, de piedra de cantería, que se utilizan durante las Ferias. Pocos pueblos pueden presumir de tener este nivel adquisitivo.
Además también cuentan con un espacio para exposiciones, veterinario, servicios públicos y varios.

Instalaciones para los puestos de las Ferias

Instalaciones en Parga para Ferias y Exposiciones
El río Parga esté en perfectas condiciones de limpieza, además de ser un río donde se pescan truchas.

Árboles que se miran en el río Parga

Rincones del río Parga

Río Parga tranquilamente discurriendo por la localidad del mismo nombre

Atardece sobre Parga y el río del mismo nombre
El consorcio de Montes es autónomo, no dependen de ninguna otra administración y su manera de funcionar es cercano a lo ejemplar.
En un lugar de 400 y poco habitantes, el ambiente es relajado y amable, la vida transcurre con calidad; eso de lo que tanto se habla pero que no es muy fácil de encontrar.
Solo dos días al mes Parga entra en ebullición, son los días de Feria. Esos días el lugar se transforma en unos grandísimos almacenes al aire libre. Es una Feria más que buena. Desde productos agrarios de temporada, pasando por aperos de labranza, frutas, verduras, pan, ganado, hasta calzado, ropa, cestos y las inevitables y riquísimas rosquillas de feria, empanadas y dulces. Todo bien expuesto y organizado. Las ferias en Parga merecen un capítulo aparte, son para disfrutar y adquirir productos frescos y naturales.

Huevos, quesos, miel, del productor al consumidor. Ecológico y calidad

Puestos donde abastecerse para plantar en los huertos ricos vegetales

Feria de Parga, aprovisionarse de buen producto, da un excelente resultado en la huerta

No pueden faltar los embutidos artesanales

Tradicionales empanadas y bizcochos de manzana. Rico, rico

Ricas rosquillas que se venden haciendo un círculo que se cierra con un mimbre, super típico

Rosquillas, ineludible tentación

Hacer cestos con mimbre es todo un arte

El arte de la cestería va muy unido a la agricultura
Efectivamente, el arte de la cestería tiene mucho que ver con la agricultura, pues es en esos cestos, donde se van recogiendo las cosechas. Para las diferentes cosechas se utilizan pequeños o más grandes.

Puestos de textiles, calzado, calcetines y un largo etc. están disponibles los días de Feria

Un puesto rodeado de un macizo de hortensias, tradicional de Galicia y un gran árbol acogedor

Diversión para niños, poni al que no le falta detalle, ni la bandera gallega
La importancia del sector maderero se hace patente en la organización de cualquier cosa que de ellos dependa.
Se hacen diversas exhibiciones para acercar la gente a todo lo relacionado con los productos madereros y su forma de aprovechamiento, estas fotos son parte de una de las demostraciones.

Aprovechamiento de la resina

Herramientas que se utilizan en el sector resinero

Diversas aplicaciones de la resina y concienciación para el desarrollo sostenible
Llegados a este punto, seguro que ya estamos cansados de andar por Parga, su carballeira y toda su feria, así que, no podría faltar, como en toda buena feria, y para recuperar fuerzas, los asados, el pulpo estilo feria y ricos postres.

Pulpo a Feira, pulpo estilo feria, para reponer fuerzas

Costilla asada y chorizo criollo, otra opción para descansar y charlar
Hecho el oportuno descanso, y por si todo lo antedicho no fuese suficientemente atractivo como para acercarse a ver y conocer Parga, posee un club fluvial, el C.I.T. excelentemente regentado donde sentarse al sol o sombra, dependiendo del calor del día, donde podremos practicar actividades deportivas, además de ser cafetería y restaurante. Es prácticamente el centro cívico y social porque lleva anexos un campo de baloncesto, fútbol, césped para practicar otros deportes y un parque infantil.

El CIT es punto de encuentro de los locales y los que no lo son

El CIT y sus espaciosas instalaciones

Remanso de paz
No obstante, hay otros bares a disposición de los habitantes del lugar. ¡ Cómo no!

Parga, lugar tranquilo pero con vidilla
En el apartado gastronómico destacamos, y en abundancia, esa abundancia propia de Galicia donde siempre es mejor que sobre que que falte (inexcusable en esta autonomía) toda la mesa chairega, es decir, de A Terra Chá, (tierra llana) como se denomina a la mayor comarca de Galicia, la de mayor extensión de toda la comunidad. La denominada mesa chairega se caracteriza por la sencillez y excelente calidad de la materia prima: el cerdo es el rey de la cocina; pero también aves de corral ecológicas que equivale al antiguo «pollo de carretera» como se denominaba a esos pollos que andaban picoteando aquí y allá sin comer nada de pienso.
En la repostería destacan los dulces a base de maíz que también son excelentes.
Parga se encuentra en el Camino de Santiago, en el tramo más largo de él, puesto que son 41,3 kilómetros del tirón, por lo que muchos peregrinos hacen una trampita para acortarlo, pero es una pena ya que Parga destaca por sus preciosos parajes y su riqueza natural.
Los árboles se vuelven coquetos y se miran en el río, consiguiendo espectaculares reflejos. Además, el río Parga posee, a su paso por el lugar, un puente romano que sirve de plataforma para los fuegos artificiales durante las fiestas.

Puente desde la Carballeira

Cuidados jardines alrededor de la estación de tren
Para concluir: en este lugar, sus gentes son cálidas y acogedoras, pero con ese punto de independencia que tenemos los gallegos, poco dados a ser empalagosos, excepto cuando te invitan a comer, que en eso sí pueden ser cansinos con aquello de “un poquito más”, pero ¿Quién no se rinde a todas estas tentaciones? Yo, os lo aseguro, me rendí hace tiempo.
También en Parga y muy interesante: CERTAMEN DE CANTERÍA DE PARGA
Texto y Fotos: Luisa Vázquez
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