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LAS TORRES DE MEIRÁS, Ayuntamiento de Sada

Cotidianamente no somos conscientes en nuestro diario caminar sobre quienes han pisado el mismo suelo que ahora pisamos. Quizá por eso, cuando somos conscientes, nos interesa profundizar en los antecedentes.

Los antecedentes de lo que serían las Torres de Meirás, se remontan al Siglo XIV en el que Roi de Mondego erige en ese espacio, una fortaleza. No en vano el sitio es lugar privilegiado desde el que se divisa la costa de Sada.

Debido a los devaneos históricos, los franceses habían incendiado la fortaleza en el siglo XIX durante la guerra de la Independencia española.

El antecedente inmediato de las Torres, fue una construcción que se denominaba la granja de Meirás y que pertenecía a la familia de Emilia Pardo-Bazán. Allí pasaría los veranos hasta que doña Emilia, emprende la construcción de las ya famosas Torres.

La Granja de Meirás

Me estoy refiriendo a la hiper polifacética Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa Figueroa, (1851-1921) nacida en Marineda, como a ella le gustaba denominar a la Coruña: novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática, conferenciante, introductora del naturalismo en España, una máquina, vamos.  

Las Torres fueron un proyecto personal, en el que la acompañó su madre, ideando elementos arquitectónicos decorativos que muchos quebraderos de cabeza le traería, como suele ocurrir con todas las obras pero en especial estando a cargo y siendo mujer.   

Se comenzó la edificación en 1893. Consta de 3 torres de planta cuadrada, en forma de almenas. Las dos más bajas, servían como zona de vivienda. En esa misma zona se sitúa la capilla.

Las torres se conciben como lugar de ocio y de trabajo, con decoraciones talladas en piedra. La realización de la obra duraría hasta 1910.

En la torre más alta y denominada Torre de la Quimera, se instaló la gran biblioteca que poseía la familia y era el lugar favorito de doña Emilia a la hora de escribir.

El balcón de las musas

La fachada está adornada con escudos y blasones de la familia, además de otros elementos decorativos.

Torres de Meirás

La boda de Blanca, hija de la escritora, se celebra en la capilla de las torres y al mismo tiempo se inaugura.

Capilla de las Torres de Meirás

Pasarán años y será en este edificio donde doña Emilia escribirá Los Pazos de Ulloa, La Tribuna y Madre Naturaleza, entre otras obras.

No ha sido la figura de la Pardo Bazán, como coloquialmente se la conoce, reconocida como realmente le corresponde, ya que ha sido una de las grandes de las letras españolas.

Recientemente, en el aniversario del 100 aniversario de su fallecimiento, tuve la ocasión de asistir a una exposición sobre su vida y obra donde se mostraban muy diversos aspectos, además de mostrar documentalmente el fuerte boicot que sufrió por parte de otros literatos de la época, además de ataques personales.  

Fue precursora y defensora de los derechos de las mujeres. Defensora asimismo de que cada persona debería desarrollar las tareas para las que estuviera capacitada sin tener en cuenta la diferenciación por sexos.

El libro La cuestión palpitante (1883), resumen de artículos que ya habían sido publicados, causó un gran revuelo, tanto que su marido, horrorizado, le pidió que dejase de escribir. A raíz de estos episodios, fue considerada una escritora rebelde y provocadora.

Llegaría a un acuerdo de separación de su marido en 1885. Esto da una idea del carácter e indomabilidad de la señora.

Todas estas cosas y muchas más, pasaban a la sombra de las Torres de Meirás.

Allí encontraba tranquilidad e inspiración, por eso se denominó a esta zona, El Balcón de las Musas.

En el hall de entrada, se colocó una vidriera con todos los apellidos de la familia, al final de la escalinata que lleva a la primera planta.

Por este emblemático lugar pasaron y disfrutaron muy diversos personajes: personalidades de las artes, la política y la realeza, atraídos por la figura de la escritora, ya por aquel entonces un referente en la narrativa realista de Europa.

En los jardines de 60.000 metros cuadrados se disfrutaba de un ambiente culto y refinado.  

Bien poco duraría el disfrute de la larga obra de construcción. Conmemoramos en 2021 el centenario de su fallecimiento, en Madrid, razón por la que no pudo ser enterrada, como era su deseo, en el precioso sarcófago de la capilla de las torres.

Sarcófago Capilla Torres Meirás
Torres de Meirás

Una serie de acontecimientos desafortunados, en relación a los hijos de la Pardo Bazán, y que los voy a obviar del relato, hacen que las Torres lleguen a la “Junta Pro-Pazo del Caudillo” y se compra, para el estado, a la heredera de las Torres lo que posteriormente se denominaría Pazo de Meirás.

En el acuerdo de venta se había acordado que la biblioteca de la escritora seria retirada por los herederos de la Pardo Bazán; no fue posible, las autoridades franquistas nunca abrieron las puertas para que pudiese retirarse el ingente acervo cultural.

Desde el momento de la compra, comienza el cambio del entorno de las Torres, jardines y aledaños para adecuar el espacio al que sería posteriormente, jefe del estado.

El ahora denominado Pazo se entrega a Franco en calidad de Jefe de Estado, aunque él quiso que se entregase a título personal, para lo cual a pesar de que había sido comprado por la “Junta Pro-Pazo” en 1938, se simula una compra en 1941. No obstante, durante toda la dictadura el Estado consideraría el pazo como residencia oficial de verano del dictador y se trataría como propiedad pública.

Por otro lado, los Franco irían llenando la finca con elementos del patrimonio cultural gallego que ordenaban trasladar a Meirás: pilas bautismales románicas, como por ejemplo la pila bautismal de Moraime, en las inmediaciones de Muxía. Estatuas del pórtico de la Gloria de la escuela del Maestro Mateo, hórreos de diferentes zonas de Galicia que no se corresponden con los hórreos propios del área de las Torres, amén de escudos heráldicos de muchas partes de España, ya que no se corresponden con escudos de casas gallegas.

Se trasladaron piedra a piedra y se colocaron en los jardines de Meirás, cientos, cuando no miles de piezas procedentes del Pazo de Dodro para embellecer Meirás: balaustrada, escaleras, fuentes y otros adornos enriquecieron el entorno, por lo que no hay una correspondencia entre el estilo de las Torres y el estilo del resto de piezas en el jardín.

Los 60.000 metros cuadrados iniciales se convirtieron en 100.000 metros cuadrados de jardín, expropiando, a veces sin pagar, todas las fincas colindantes y para conseguir una propiedad rectangular. A esa propiedad se le dotó de un amurallamiento adecuado a la labor que desempeñaba, así como unas almenas de vigilancia que antes no tenía.

De la original Granja de Meirás, únicamente queda en pie un edificio que para nada podemos dilucidar cómo era en la época de la escritora, ya que el edificio fue usado como parte administrativa en época de Franco y se procedió a diferentes reformas.

En 2008, las Torres de Meirás se declararon BIC, Bien de Interés Cultural; anteriormente se había comenzado a mover la maquinaria judicial para revertir la propiedad de manos de los herederos de Franco al patrimonio estatal.

Únicamente y como comprensión del por qué ahora la propiedad ha vuelto a su legítimo dueño, el Estado, solo apuntar que después de un proceso judicial ha quedado demostrado que Meirás se cedió a Franco no a título personal sino a título de Jefe de Estado. Por esta razón desde la sentencia del año 2020 que así lo declara, se vienen preparando las visitas que ahora se realizan a las Torres de Meirás para conocer el origen, desarrollo y vuelta a manos públicas de una propiedad que, desde la compra a los herederos de la Pardo Bazán, ha sido siempre pública.

Queda por dilucidar judicialmente la propiedad de los enseres que actualmente hay en Meirás en fase de discusión legal, razón por la que únicamente se visita el hall de entrada y la capilla, además del entorno y los jardines.

La visita merece la pena y la recomiendo, especialmente por recrearnos en el imaginario de revivir los lugares donde fueron creadas obras literarias importantes, además de haber sido centro de cultura en su pasado más lejano. Con el devenir de los tiempos, el entorno fue testigo mudo de muchos otros acontecimientos, ya no literarios, sino políticos. Todo ello, conjuntamente, hace del lugar un sitio imperdible para una visita.

Personalmente espero que los nuevos vientos le sean propicios a las Torres de Meirás en su nueva y recién estrenada singladura, ya que es un lugar de singular belleza.

Muchas otras sorpresas os esperan, si os animáis a la visita, que por cierto, hasta el momento, es totalmente gratis.

Se puede visitar reservando en este enlace:

https://pazodemeiras.sada.gal/

Mientras tanto, y para finalizar, en el centenario “do pasamento”, de doña Emilia Pardo Bazán, mi entusiasta recomendación de repasar sus escritos ya que resultan sorprendentemente actuales.

Sugerencia: Puerto deportivo de Sada, un trocito de cielo

Texto y Fotos: Luisa Vázquez

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