Pensaba escribir sobre algo más interesante y productivo, pero………….¡quien sabe!, quizá a alguno le venga bien malas experiencias de tráfico en piel ajena.
Esta mañana, sin ir más lejos, volvía en coche de hacer unas gestiones y entré en una rotonda, para salir en el vial que me venía bien para hacer una compra en una gran superficie de sobra conocida dedicada al sector de materiales de construcción y bricolaje en el Polígono de la Grela.
Se entra por un vial y más adelante hay dos viales más para los vehículos que llegan al mismo semáforo por dos viales subterráneos.
Cuando intento salir del círculo para el vial que quería, ahí está el típico coche que no te va a dejar hacer eso porque te echan el coche encima y tienes la sensación de que van a colisionar porque esa es la intención, aterrorizar porque parece que van a colisionar cuando realmente para ellos es un juego de “a que te pillo”. No me hace gracia el juego, pero desgraciadamente hay gente que juega a eso.
Tenía mi intermitente encendido de que iba a la derecha, y él lo tenía que haber visto desde que entró en la rotonda.
Consigo entrar donde debía y oigo tremendo claxonazo, del que no hice caso. Y vuelta con el claxon como un loco. Miré por el retrovisor y vi que se iba a la derecha y me alivió porque yo iba a la izquierda y así no me lo encontraría en el semáforo, a mi lado.
¡Error! Cambió de dirección y se puso a mi lado no sé con qué maniobra inexplicable para mi. No sé cómo lo consiguió, en esos tres carriles siempre hay mucho tráfico, pero allí estaba el energúmeno, en el vial al lado del mío y había abierto la ventanilla y gritaba no sé qué porque yo llevaba la radio encendida y para mi confort, no quería oír. Solo le hice el gesto de que yo llevaba el intermitente puesto y señalando mi ojo quise decirle que “hay que mirar”.
Siguió berreando y yo mirando para delante para no enterarme ni de los gestos ni de nada.
El semáforo se puso en verde y arranqué. Cuál no será mi sorpresa que veo que el coche me sigue. Hago un giro más adelante de 180º y el coche también. Entro en la nave de materiales y el coche continúa detrás. No me atreví a parar y bajarme a comprar, saldo del aparcamiento y el coche ahí sigue, detrás.
Vuelvo a la rotonda donde nos habíamos encontrado y doy una primera vuelta a la misma con el coche sin despegarse de mi para nada y en la segunda vuelta pienso que no voy a estar dando vueltas eternamente y que tengo que salir, pero no sé a donde ir. El coche sigue detrás.
Vuelvo a la nave de materiales y aparco; el coche sigue y se para justo delante de donde yo estaba aparcando, en un momento creí que iba a impedirme hacer la maniobra de aparcamiento.
Cojo el móvil y le hago un par de fotos desde dentro del coche, estaba super asustada de salir del coche, no sabía qué iba a pasar en cuanto saliese después de todo lo relatado. Antes de que me pudiese bajar ya estaba delante de mi coche un hombre de 40 y pico años, conductor de un magnífico Mitsubishi blanco gritando: ¡Baja, baja! Y bajé.
Me dice agresivo que hemos tenido un accidente y que no es manera de comportarse, que lo tiene todo grabado y que he cometido una infracción de tráfico. Asombrada, flipando, le digo que no hemos tenido ningún accidente, que no hemos tenido nada. Responde que por mi culpa ha pegado un gran frenazo y que le ha dado un tirón y le duele el cuello. Ahí ya lo vi claro: intento de Estafa a mi compañía de seguro.
Me alejo intentando entrar en la gran superficie, que tiene un guardia de seguridad y sé que allí no me puede agredir, si es que esa es su intención.
La decisión de aparcar en la gran superficie a la que me dirigía fue intuitiva, no podía pensar en lo que iba a hacer, donde podía ir para deshacerme del acosador, pero fue lo mejor que pude hacer. Al menos allí, dentro no me podía agredir y fuera lo verían. Pero eso no lo podía pensar cuando tuve que tomar la decisión. Lo razoné mucho después.
Me grita el hombre que va a llamar a la policía y muy tranquilamente le digo que SI, que la llame, y entro sin prisa, pero sin pausa.
Devuelvo una compra en Atención al Cliente, y cuando voy a entrar para comprar lo que quería, el hombre se acerca a la puerta por donde yo pasaba y me dice que la Policía no va a venir, no respondo, pero sigue: que me da su D.N.I. y que yo le dé el mío, tono agresivo, impositivo y resuelto. Respondo que ni le doy el mío y que no quiero el suyo porque: “no ha habido ningún accidente”, respondí suavemente y sin ningún tipo de emoción.
Yo parecía muy tranquila, que no me inmutaba, pero estaba muerta de miedo. Y más muerta de miedo de pensar que en cuanto hiciese mi compra que me llevaría únicamente 4 ó 5 minutos, tendría que volver a salir y no sabía si él pirado seguiría fuera para seguir persiguiéndome o yo que sé.
Lo comento en los almacenes antes de salir y un señor muy amable, que oye la conversación, me recomienda que llame a la policía, que si está el conductor jamado fuera, la policía vendrá.
Efectivamente, hablo con la policía, les cuento la peripecia y me dicen que si está fuera y pasa algo que los llame.
Vuelvo a casa, tengo la sensación de que otro coche blanco me sigue, pero no es Mitsubishi, es un Mercedes también blanco, ya estoy agobiada o con paranoia o las dos cosas. ¡Nunca pensé que pudiese sucederme esto! ¡Ya no sé si le ha sucedido a más personas y así, por nada!. Bueno, por nada no, en mi opinión un intento de hacer una estafa, se lo estaba trabajando.

El conductor de este coche es un peligro
Ya en casa me puse mucho más nerviosa. Suelo contenerme mientras suceden las cosas y después me vengo abajo. Pero no podía, tenía que ir a Comisaría a denunciar lo que había pasado.
Me voy en taxi, no estoy yo para andar buscando aparcamiento y menos para pensar que me ha podido seguir, que puede volver a aparecer, muy mal estaba yo. En el taxi fui hablando con el taxista, muy majo por cierto y él me contó la serie de locos al volante que andan por ahí sueltos que, aunque no sean muchos, con uno que te toque es suficiente para dejarte aplanada.
¿Qué puede pasar con una conducta como la que describo? Posibilidades de accidentes con otros coches, muchas, por otro lado, creo que este es un tema muy grave y es un acoso de tráfico. Tengo claro que si el conductor hubiese sido un hombre esta situación no se hubiese dado. Si hubiese visto que el otro coche iba conducido por un hombre especialmente si hubiese sido grande, fuerte, seguro que no hubiese sucedido. No hubiese sido agresivo y amenazante. Quizá su intención era la de provocar un accidente, finalmente ni lo sé ni lo sabré. Lo que si tengo la sensación es que no es la primera vez que lo hace.
La policía local me atiende muy bien pero como no ha habido accidente de tráfico, ni golpe, ni rozadura, ni nada de nada, más que un supuesto frenazo que dio él, no puedo poner denuncia en la policía local.
Me pregunto ¿a qué velocidad hay que venir para dar un supuesto “gran frenazo con lesión” en una rotonda? La lógica no consigue cuadrar la ecuación.
Así que de una comisaría me voy a otra y al segundo intento logro hacer la denuncia. Muy amables, muy eficaces en su trabajo y también tengo que decir tranquilizándome porque nerviosa sí que estaba, aunque no suelo demostrar todo lo que estoy en público.
Al final, entre las llamadas a la policía, las veces que tuve que contar la historia en las distintas comisarías, en Atención al Cliente, a quien llamé por teléfono para contar lo que me estaba pasando he contado la historia un mínimo de 15 veces.
Ahora, como la he escrito, remitiré a quien quiera enterarse del tema, que me lea en el blog. Estoy recuperando el sentido del humor.
Y a vosotros ¿os ha pasado alguna vez algo tan insólito?
He tenido varios accidentes de coche, accidentes de verdad, no inventados, de los de siniestro total, y sin siniestro total, afortunadamente. Ninguno de ellos fue provocado por mí; dos de ellos hombres al volante que se saltaron un stop, que fueron los dos muy chungos (los accidentes y los hombres), pero ¿esto?, esto no me lo puedo creer. Me ha pasado y no salgo de mi asombro.
Resumen: He perdido mi día, todo mi trabajo de hoy, muchas cosas que mañana no podré recuperar, he pasado miedo, mucho, sé que no se me va a olvidar de un plumazo, y he gastado dinero en los desplazamientos.
Gracias a mi amiga Ayrin, que vino a acompañarme en la denuncia y a devolverme a la paz del hogar en cuanto salió de trabajar y cuando más lo necesitaba. Se lo agradecí infinito.
¡Y yo que estaba contemplando maravillada un arco iris doble Ayer! Además hacía pocos días había visto un magnífico y completo arco iris en Atenas, que comparto con vosotros.¿Qué tienen que ver los pirados y los arco iris? Nada, momentos de felicidad efímera que viene cualquier mamarracho y te los tumba rápido.

Para finalizar, y para quien me lea en las cercanías, aunque el conductor éste no sé ni de donde es ni a donde va, ni idea de si es de esta autonomía, no tiene acento gallego, pero yo tampoco lo tengo (al menos eso dicen); digo un hombre de 40 o 40 y pico años, conduciendo un Mitsubishi blanco, cuya matrícula no voy a publicar, se cruza en vuestra vida automovilística y desarrolla esta conducta, ya sabéis lo que tenéis que hacer, denuncia, por el miedo, por el acoso, por lo que te haya pasado. ¡Ojo con los chungos porque cuando te encuentras con uno de ellos dejan huella! Solo con un pirado al volante puede organizar un buen desastre o dejarte aterrada por un tiempo.
P.D. El suceso que relaté sucedió el 17 de enero, hoy dia 28 los periódicos se hacen eco de esta noticia, cuyo enlace adjunto y todo cobra sentido; https://www.laopinioncoruna.es/galicia/2020/01/28/cuatro-cien-partes-accidente-trafico/1471899.html . Además de que inicialmente cuando el agresor se dirigió a mi me di cuenta de que era un intento de estafa al seguro. Aclarar que además de que sucede en Galicia, sucede en toda España, en otras provincias con unos % mucho más elevados que aquí.
Texto y Fotos: Luisa Vázquez
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